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El día que el Congreso nos apagó la luz

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Ayer pasó algo muy raro en el Congreso. Luego de más de un año de que el proyecto de Ley de Delitos Informáticos que aprobó la Comisión de Justicia entrara a agenda, finalmente se discutió en el Pleno. Fue una discusión por ratos bizarra y donde apenas se mencionaron algunos de los problemas de la Ley Beingolea que tanto comentamos todos el año pasado. Durante el debate, un grupo de congresistas aprovecharon para mencionar que ellos también tenían sus propias leyes que tocaban delitos informáticos. Al final del debate, Juan Carlos Eguren, autor del primer proyecto de ley y actual presidente de la Comisión de Justicia, pidió un receso para tomar en cuenta las sugerencias de los demás congresistas. Eran las 11 am.

A las 4 pm, se reanudó la sesión del Pleno y para esa hora el congresista Eguren anunció que ya tenía un nuevo texto. Un nuevo texto que, ahora sabemos, había cambiado más del 50% del texto original. Señaló que esta nueva versión de la Ley Beingolea ya había sido revisada y consultada con los congresistas e incluso con representantes del Poder Ejecutivo. Entonces, en un debate de unos pocos minutos se introdujeron un par de precisiones y el Proyecto de Ley quedó aprobado por el voto unánime de todos los congresistas presentes.

Hay muchos problemas de fondo con la ley. Pero lo que más me ha preocupado es la forma absolutamente abierta en la que hemos sido ignorados. Durante el primer debate, más de un congresista incluyendo el propio Beingolea señaló que el Proyecto de Ley había sido duramente criticado por la sociedad civil. Pese a ese antecedente, Juan Carlos Eguren y un grupo de congresistas decidieron que para esta segunda versión no sería necesaria ninguna medida de transparencia. Les bastó con negociarlo en privado con las demás bancadas y lograr aprobar en pocas horas una ley con más de la mitad del texto original cambiado. ¿No se les pasó por la cabeza que tratándose de un asunto que ha despertado tanta atención y comentarios lo más lógico sería someter el nuevo texto a la opinión pública? Hasta el momento en el que escribo esto, más de un día luego de que fuera aprobada, todavía no está publicado el texto en la web del Congreso.

Ayer el Congreso nos ha demostrado lo que puede hacer. Puede en cuestión de horas ignorar lo que un buen grupo de ciudadanos le hemos dicho durante más de un año. Puede en cuestión de horas incorporar a un proyecto de ley propuestas de otros proyectos que ni siquiera han pasado por comisiones. En pocas palabras, puede apagarnos la luz.

ONG Hiperderecho: Congreso aprueba la Ley de Delitos Informáticos en secreto y en tiempo récord

Foto: SeveStJude bajo licencia CC BY ND

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Comentario

  1. Y para celebrar el día del programador, desde el día de ayer gracias a nuestros … Congresistas Peruanos, todo aquel que realiza labores en informática en el Perú ha pasado a ser delincuente en virtud de la aprobada Ley de «delitos» informáticos. Estos ya no tienen adjetivos. Leer el art. 3°

    Articulo 3.
    El que, a través de las tecnologías de la información o de la comunicación, introduce, borra, deteriora, altera, suprime o hace inaccesibles datos informáticos, será reprimido con pena privativa de la liberta no menor de tres ni mayor de seis años y con ochenta a ciento veinte días-multa

Webmenciones

  • El negocio del fracaso (III) – V de Vergüenza 13 septiembre, 2013

    […] versiones, la Ley Bedoya (2010-2011), la Ley Beingolea (2012-2013) y la versión que finalmente coló el congreso por las malas, la Ley 30096. Esta trajo una infame adición al artículo 230 del Código Procesal Penal, que […]

  • La nueva ley de delitos informáticos y sus peligros | Ojo al Piojo 13 septiembre, 2013

    […] “Ayer el Congreso (12 de setiembre) nos ha demostrado lo que puede hacer. Puede en cuestión de horas ignorar lo que un buen grupo de ciudadanos le hemos dicho durante más de un año. Puede en cuestión de horas incorporar a un proyecto de ley propuestas de otros proyectos que ni siquiera han pasado por comisiones. En pocas palabras, puede apagarnos la luz.” Morachimo; Blawyer.org […]