El gobierno holandés y las descargas P2P

Foto publicada en el portal Cafeytren.com

Hace algunos meses tuvimos acceso a la siguiente nota publicada uno de los blogs chilenos que lideran el debate en temas de derecho y tecnología: Quemar las naves, dirigido por Claudio Ruiz. En ella se comentaba la publicación  de un informe preparado por una consultora holandesa a requerimiento de los Ministerios de Economía, Justicia y Cultura de dicho país que traía interesantes conclusiones respecto de las descargas a través de redes P2P. Tal como indica Ruiz:

«El informe (…), preparado por la consultora TNO, el centro de investigación económica SEO y el Instituto de Información Legal de la Universidad de Amsterdam, cuenta con más de 140 páginas sostiene que las descargas de canciones, películas y juegos genera más beneficios que pérdidas, echando por tierra el discurso de titulares de derechos como las discográficas multinacionales representadas por la IFPI. Y de pasadita el de unos otros amigos de la casa obsesionados con los cobros«.

Ambos nos pusimos en contacto con la referida consultora a fin de obtener el informe (al menos) en inglés. Claudio ha colocado el informe en el siguiente enlace para consulta. Recomendamos revisarlo.

¿El nuevo blogueo? (Parte II)

 

Hoy por la mañana me llegó éste artículo publicado por Brian Solis en la sección de tecnología del Washington Post. En el artículo se habla sobre bases estadísticas proporcionadas por Technorati, uno de los principales directorios de blogs a nivel mundial, acerca de cierta caída en el nivel de autoridad de los blogs como fuentes de información dada la prevalencia de mecanismos más interactivos de comunicación (rapid fire interaction) como los provistos por las redes sociales tipo Facebook y servicios como Twitter . Según se desprende de la referida nota al parecer los internautas consumidores de información y blogs estarían trasladando las principales discusiones e intercambios de opinión de la denominada blogósfera hacia las redes sociales.

Al respecto la nota indica «There are supposedly 133 million blogs created, with far less in real use today. There are reportedly 175 million users on Facebook and another six million (and growing) on Twitter. The online social populace is necessitating the need for a new generation of establishing and measuring authority in the blogosphere before current blog metrics inaccurately paint a grim picture that they’re influence is declining?again as measured today».

El artículo sugiere que el nivel de autoridad de los blogs debe ser conceptualizado y medido no sólo en función a los debates que se promueven dentro del mismo blog o en otros blogs sino también en base al impacto que generan en otros espacios virtuales o redes sociales. Interesantes vaticinios a los que será interesante hacer seguimiento.

La responsabilidad de Cholotube

Cuatro suboficiales de la Policía Nacional del Perú se han visto involucradas la semana pasada en un escándalo mediático y cuasi político a raíz de un video difundido a través de Internet en el que aparecen desnudas. En concreto, el video fue subido a los servidores de Hard Sex Tube, una página de Estados Unidos que brinda el servicio de alojamiento de videos pornográficos no profesionales (amateur). Luego, el link del video fue propuesto por un usuario para ser embebido en la página Cholotube. En pocas horas, la aparición del video trascendió en diversos blogs y motivó que la recien juramentada Ministra del Interior tome la decisión de separarlas del cuerpo policial. A propósito del tema, resulta interesante el debate propuesto por Marco Sifuentes sobre qué puede hacerse con Cholotube. La pregunta que subyace a ello es, nuevamente, si es que resulta posible controlar Internet. Adelanto que no tengo una respuesta tajante a la cuestión, pero me parece importante tener en cuenta ciertos elementos sobre este caso.

En primer lugar, Cholotube solo embebe los videos alojados en los servidores de terceros. Esto significa que no los aloja en sus propios servidores, sino que a través de su página otorga a sus usuarios la posibilidad de publicar los links a videos que han sido alojados en otras páginas (que van desde Youtube o Megavideo hasta el referido Hard Sex Tube). Esto implica que por cada video que aparece en la página podríamos reconocer hasta cinco sujetos involucrados: (1) la persona que graba el video, (2) la persona que sube el video a Internet, (3) la persona o compañía que accede a alojar el video en sus servidores, (4) la persona que provee de la metadata necesaria a Cholotube para poder embeber el video; y, (5) Cholotube, que acepta embeber el video en su propia página e indexarlo en sus directorios. Visto así, ¿desaparecer Cholotube soluciona algo? No, porque Cholotube es el último eslabón de la cadena. Para estos efectos, la situación de Cholotube no es distinta a la del blog Doctor Monique o la de cualquier otra página que podría embeber el mismo video.

Sin embargo, ¿el que Cholotube solo embeba los videos no significa que esté exento de responsabilidad? Si alguno de los videos embebidos viola el derecho a la intimidad de las personas (como es el caso del video en controversia) o contiene pornografía infantil, por ejemplo, al embeberlo en su página web está realizando una comunicación pública del video a través de un medio social. Este extremo, sin embargo, es largamente discutido por académicos y tribunales. Embeber un video no es más que colocar un retazo de código HTML que contiene un hipervínculo a un video. Es decir, desde un punto de vista técnico, es igual que vincular una página web a través de un link. En casos relacionados a violaciones de derechos de autor, se ha resuelto en otra sede que hacer un link es tan solo una colaboración indirecta a la comisión de la falta. En el caso del delito de Violación de la Intimidad a través de un medio de comunicación social (artículo 154 del Código Penal Peruano), creo que debería apreciarse con cuidado la responsabilidad de Cholotube. ¿Acaso los blogs y los periódicos que han reproducido la noticia no han jugado un papel similar? Creo que el problema reside en que estamos atacando el brote en lugar de combatir la infección. El esfuerzo de la Policía debe enfocarse en rastrear a los responsables de la grabación y publicación del video, que viola el derecho a la intimidad de las personas que aparecen en él. La forma mediante la cual hayan sido difundidos masivamente es importante pero no es el tema central en el debate.

Ahora, frente a la propuesta del representante de la Red Peruana Contra la Pornografía Infantil de que sean los Proveedores de Internet (ISP, por sus siglas en inglés) quienes controlen el acceso a páginas que realicen la difusión de material ilegal, creo que sí es necesario pensar con mayor detenimiento el asunto. Dada la dinámica propia de la Internet, es altamente posible que frente a un panorama en el que se controle el acceso a ciertas páginas web desde los proveedores de Internet, se logre encriptar el contenido o la velocidad con la que aparezcan páginas espejo sea superior a la de la censura. Además, como lo han sostenido Brown y Adams, limitar la posibilidad de que los usuarios utilicen programas de encriptación es algo que vienen intentando las autoridades de Estados Unidos desde hace años y ha fallado espectacularmente. Peor aún, desde el punto de vista de la libertades informativas, es una decisión bastante sensible otorgar el poder de censura de la Internet a una entidad pública o privada. Finalmente, en el soñado supuesto en el que mediante estas medidas pueda detenerse la aparición de videos como estos, ello no significaría que éstos dejen de ser difundidos en centros comerciales populares en discos compactos o a través de correo electrónico, dado el progresivo abaratamiento del hardware de almacenamiento de datos.

No digo que la violación de normas sobre privacidad o que prohiben la pornografía infantil esté bien. Dichos hechos acarrean responsabilidad penal y el Estado debe preocuparse por perseguirlos, investigarlos y condenarlos. Esta labor, sin embargo, debe realizarse procurando la mínima interferencia a la libertad de los particulares no involucrados. Como decía Albert Camus, si el hombre fracasa en conciliar justicia y libertad, fracasa en todo.

Los mejores libros del 2008

Adam Thierer publica en The Technology Liberation Front (The Most Important Tech Policy Books of 2008) la lista de los 10 libros más importantes sobre política tecnológica publicados el año pasado.

Después de leer la lista, Thierer considera que los llamados libertarios están perdiendo la batalla de las ideas por Internet y sobre las política tecnológica, en la medida que cada vez menos personas defienden una posición del tipo de dejar Internet en paz.

Thierer aprovecha la presentación de su lista para realizar una encuesta entre sus lectores sobre cual es el más importante libro sobre política tecnológica en el 2008.

(1) Jonathan Zittrain – The Future of the Internet, and How to Stop It (disponible en línea)

(2) Nick Carr – The Big Switch: Rewiring the World, From Edison to Google

(3) John Palfrey y Urs Gasser – Born Digital: Understanding the First Generation of Digital Natives

(4) Clay Shirky – Here Comes Everybody: The Power of Organizing without Organizations

(5) Lee Siegel – Against the Machine: Being Human in the Age of the Electronic Mob

(6) Ronald J. Deibert, John G. Palfrey, Rafal Rohozinski y Jonathan Zittrain (eds.) – Access Denied: The Practice and Policy of Global Internet Filtering (disponible parcialmente en línea)

(7) Hal Abelson, Ken Ledeen y Harry Lewis – Blown to Bits: Your Life, Liberty, and Happiness After the Digital Explosion

(8) Lawrence Lessig – Remix: Making Art and Commerce Thrive in the Hybrid Economy

(9) James Bessen y Michael J. Meurer – Patent Failure: How Judges, Bureaucrats, and Lawyers Put Innovators at Risk (disponible parcialmente -apenas- en línea)

(10) Daniel Solove – Understanding Privacy (disponible en línea)

Menciones destacadas merecen también los trabajos: Neil Netanel – Copyright’s Paradox (la introducción está disponible en línea); Matt Mason – The Pirate’s Dilemma: How Youth Culture Is Reinventing Capitalism; David Friedman – Future Imperfect: Technology and Freedom in an Uncertain World; Cory Doctorow – Content (disponible en línea); y, Don Tapscott – Grown Up Digital: How the Net Generation is Changing Your World.

La muerte del papel

El presente año nos trajo un hecho interesante reflejo de los nuevos tiempos. El Boletín Oficial del Estado (BOE) español dejó de publicarse masivamente en formato de papel y se divulga casi exclusivamente a través de su edición en línea.

Los diarios oficiales aparecen con la imprenta y con el advenimiento del Estado moderno regulador e intrusivo, en este contexto era necesario dotar a los ciudadanos (o súbditos en aquellos tiempos) de un mecanismo que les permitiera conocer las normas legales que en número constantemente incremental se venían sancionando. Así aparecieron los diarios oficiales y así se han distribuido a lo largo de los últimos 350 años.

La obligación de reemplazar a las ediciones impresas y dar validez oficial a la publicación en línea de los distintos voceros oficiales de la Administración Pública nace en España con la Ley 2/2007 de acceso electrónico de los ciudadanos a los servicios públicos que establece el carácter universal y gratuito del acceso a la edición electrónica del BOE. Para asegurar la autenticidad, integridad e inalterabilidad de su contenido el BOE digital incorpora una firma electrónica avanzada.

¿Qué llevó al Estado Español a tomar esta decisión? Más allá de argumentos del estilo de ponerse a tono con las nuevas tecnologías o dar término a la imprenta heredera de una época en la que predominaban el ladrillo y el mortero -como si los puentes se hicieran hoy con bytes- y alguna otra explicación demagógica de esta naturaleza, el telón de fondo parece ser económico. De acuerdo con El Mundo las suscripciones del BOE impreso no ha parado de caer dramáticamente en los últimos años. De 60.000 abonados en el año 2000 a sólo 13.000 a fines del año pasado.

Sin embargo, la edición en papel no ha desaparecido totalmente, pues se reservan algunos ejemplares para bibliotecas, conservación, custodia y depósito legal. Para que no se perjudiquen aquellos ciudadanos que no cuentan con los medios para acceder al BOE digital tienen la posibilidad de consultarlos en las oficinas de información y atención al ciudadano de la administración, las cuales deben disponer de un terminal que permita realizar búsquedas y consultas del contenido del diario y facilitar las copias impresas del diario que se requieran. Complementariamente, y mientras exista demanda, se editará un DVD con la totalidad de los números del BOE publicados en el año.

Es posible replicar una iniciativa de esta naturaleza en el Perú. Aquí tenemos al Diario Oficial El Peruano, fundado por el Libertador Simón Bolivar en los albores de la república en 1825. Sin embargo, El Peruano no sólo es un boletín de normas, es también un diario en toda regla y cuyo ejemplar se ven obligados a adquirir de forma empaquetada quienes necesitan acceder a las normas legales. Haríamos bien en eliminar este apéndice inútil que sólo sirve como un mecanismo de propaganda del gobierno de turno. Pero este no es el problema para que El Peruano circule en Internet de forma exclusiva.

Los niveles de penetración de Internet en el Perú todavía son incipientes si los comparamos con los del otras latitudes y si bien El Peruano ya se edita digitalmente, existen muchos lugares de la propia administración, entre los cuales destaca el Poder Judicial, que no cuentan todavía con los medios técnicos suficientes y necesarios para abrazar una medida de esta naturaleza. Antes de matar al papel hay que dotar a la Administración y a los ciudadanos de las herramientas sificientes para hacer viable su desaparición.

Born Digital

Born Digital es el nuevo libro de John Palfrey y Urs Gasser del Berkman Center for Internet & Society de la Harvard Law School como parte del progecto Digital Natives.

De acuerdo con las reseñas que se han hecho y de la información colgada en la web del libro, los autores intentan describir la generación de aquellos jóvenes nacidos después de 1980 (nativos digitales), es decir de aquellos que han crecido rodeados por la tecnología digital. Al contrario que las generaciones nacidas antes (inmigrantes digitales), los nativos digitales se relacionan socialmente, consumen información y ven al mundo condicionados por los medios digitales.

Según su web, el libro intenta responder a preguntas como: ¿Qué significa la identidad para los jóvenes que tienen docenas de perfiles y avatars en internet? ¿Tenemos que preocuparnos por las cuestiones de privacidad – o es la privacidad siquiera una cuestión para los nativos digitales? ¿Cuál es el impacto de internet sobre la capacidad y el aprendizaje? ¿A qué va a atenerse esta generación -socialmente, profesionalmente y psicológicamente?

Cómo se pueden abodar estos problemas, hay una sola solución – sostienen-, y es la educación. Los autores desean que los padres, educadores y legisladores participen y dialogen con la generación digital, en lugar de dejarlos a su suerte. 

Algunas reseñas de este libro se pueden encontrar en: apophenia («Born Digital» by John Palfrey and Urs Gasser), cadaunadas (Born Digital), elia (presentación sobre los nativos digitales), periodismociudadano (nacidos en la era digital) y The Technology Liberation Front (book review: Palfrey & Gasser’s «Born Digital»).